Corrían los años de la primera Revolución Industrial cuando sir William Thomson, excepcional científico británico, elaboró atrevidas teorías sobre termodinámica y electricidad que contribuyeron a dar a la física la forma que conocemos hoy día. Sin embargo, también le faltó imaginación al sostener, entre otras ideas, que la radio no tenía futuro, que los rayos X eran un engaño o que era imposible que un aparato más pesado que el aire pudiese volar. Hoy, con una nueva revolución industrial en ciernes, sir William Thomson tendría los mismos problemas para predecir el futuro. Pocos podían imaginar hace apenas dos décadas que en el año 2015 existirían en el mundo 7 billones de teléfonos móviles y que 3,2 billones de personas tendrían acceso a internet. Nos encontramos inmersos en un profundo proceso de transformación digital que está cambiando de forma radical la manera en que nos relacionamos en todos los ámbitos, sobre todo a nivel económico y humano.
A pesar de que las situaciones de partida y el sentido de estas transformaciones varían casi a cada momento, sí podemos estar seguros de dos aspectos clave: de un lado, que la digitalización de la vida económica, cultural, política y social es un hecho...