El secretario general de la Cámara de Comercio en Corea en España se felicita por las medidas adoptadas en su país para frenar la pandemia
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Corea del Sur fue después de China uno de los países que más pronto sufrió el embate del coronavirus. El primer infectado se reportó a finales del mes de enero. Un mes después, el 27 de febrero, se registraba un total de 1.766 infectados. Cada día había cientos de nuevos casos. El 29 de febrero se registraron 909 nuevos infectados, siendo ese hasta la fecha el máximo alcanzado en un sólo día. Pero a partir del 8 de marzo, cuando los afectados por el virus alcanzaban ya los 7.134, la curva de crecimiento de la enfermedad empezó a aplanarse, o lo que es lo mismo, el número de nuevas personas infectadas cada día empezó a decrecer drásticamente. Mientras que desde el 28 de febrero al 8 de marzo los casos aumentaron a un promedio de 537 por día, entre el 9 de marzo y el 20 de marzo, se redujeron a un promedio de 126 por día y este lunes pasado se reportaba el incremento diario más bajo en todo el mes, 64 casos.
Así lo que parecía que sería una catástrofe sanitaria de enormes proporciones hasta ahora no ha ocurrido y es evidente que para evitarla Corea tuvo que actuar rápida y adecuadamente.
Otro país que ha tenido éxito en frenar la pandemia es China, el país en el que supuestamente se originó el nuevo coronavirus, también conocido como Covid-19. La diferencia con Corea estriba en que, para lograrlo, China tuvo que aislar a cal y canto a ciudades enteras y aplicar otras medidas de corte autoritario.
Corea, por el contrario, no ha tenido que hacer eso, al menos de momento, y es imposible saber qué nuevas medidas adoptará en caso de que se dé un rebrote significativo de la enfermedad.
Pero ¿qué es lo que Corea ha hecho, además de reaccionar con rapidez y de manera correcta, para frenar en tan poco tiempo la pandemia del coronavirus con tan sólo 118 muertos hasta el 23 de marzo mientras que a la misma fecha en Italia y España los muertos ascendían a 5.476 y 2.182 respectivamente?
De entrada hay que destacar que el Gobierno coreano ha actuado dejando de lado todo cálculo político y se ha concentrado en combatir la pandemia. Tan pronto se detectaron los primeros casos, los servicios sanitarios empezaron a realizar pruebas en la población para identificar a las personas infectadas y proceder a aislarlas con el fin de evitar que pudiesen contagiar a otras.
El índice de pruebas en Corea es muy alto. Para darnos una idea, basta decir que al momento en que Corea había realizado 270.000 pruebas, o sea 5.200 por millón de habitantes, los Estados Unidos había hecho tan sólo 74 pruebas por millón de habitantes. Hasta el 23 de marzo había hecho un total de 338.036 de las cuales 315.447 dieron resultado negativo.
En cuanto se detectó en China el brote de coronavirus, el Centro Coreano para la Prevención y Control de Enfermedades (KCDC, por sus siglas en inglés) se puso manos a la obra para elaborar su propio test y en colaboración con el sector privado fue capaz de fabricar en número suficiente los kits de pruebas necesarios.
Corea además ha innovado en el método de aplicar las pruebas, lo que ha sido fundamental en el éxito que hasta el momento ha logrado. En la ciudad de Daegu, a 237 kilómetros al sureste de Seúl, donde se dio el primer foco del virus, se montaron una especie de laboratorios móviles donde las personas que sentían algunos de los síntomas de la enfermedad podían hacerse la prueba sin tener que bajarse de su coche. El método permitió hacer un mayor número de pruebas en menor tiempo y sin necesidad de hacer que la gente fuese a los hospitales, con la ventaja adicional de que el personal que realizaba las pruebas no tenía que cambiarse de ropa después de cada test, reduciendo así el riesgo de contagios.
En el mismo momento de practicar las pruebas se le toman a la gente datos personales relevantes como su DNI, número de móvil, dirección, etc. para en caso de dar positivos no sólo se pueda proceder a aislarlos sino también para poder dar seguimiento a las personas cercanas a ellos.
La eficiencia del método coreano ha hecho que sea imitado en muchos otros países, incluyendo los Estados Unidos. Corea del Sur, que en el pasado ya demostró su capacidad para levantarse rápidamente de situaciones terribles, como en la que se encontraba después de la guerra que sufrió a mediados del siglo pasado, está dando ahora un nuevo ejemplo al mundo: que cuando un Gobierno actúa con responsabilidad, rapidez, capacidad técnica, y con objetivos sanitarios y no políticos, es posible limitar al máximo el impacto de una epidemia brutal como el coronavirus.
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**Jorge Salaverry es secretario General de la Cámara de Comercio España-Corea
